A

B

C

D

M

X

Y

Z

ABCDMXYZ

P

Pasaje

¿Cuáles son esos lugares que conectan espacios de la ciudad? Y, ¿qué conectan?

  • podcast

  • texto

  • entrevista

  • referencia

El pasaje espacio que conecta otros espacios. En Ciudad de México, fragmentada por ejes viales, muros y rejas, los pasajes son excepciones a la regla. Al vincular distintos usos, clases sociales y épocas, son los goznes que, a contracorriente, integran sitios disímbolos en un sistema urbano.

El Pasaje Bellavista transcurre del Pueblo de Santa Fe —fundado en 1532 por Vasco de Quiroga— a Lomas de Santa Fe, colonia residencial que conecta a las Lomas de Chapultepec con Santa Fe. El pasaje colinda con el antiguo Campo militar número 1 y futura cuarta sección de Chapultepec, y con los manantiales que abastecen a la ciudad desde 1571. Circulan por él marigüanos, paseantes perdidos y personas que cruzan Lomas de Santa Fe desde el kilómetro 14 para llegar a sus casas en las barrancas.

Otro ejemplo es el Pasaje América, arcada comercial que imita las de París y desafía la regularidad de la traza novohispana al insertar una calle más. Al concluirse, este temprano ejemplo de arquitectura moderna, vinculaba a la ciudad con la burguesía internacional. Hoy es un punto de partida para imaginar cómo imaginaban el futuro cien años atrás. Estos pasajes son quiebres en el espacio continuo para acceder a otros tiempos.

Al pasaje le llamamos de muchas formas y lo encontramos en muchos sitios. Sin embargo, no es solamente un espacio sino una dimensión que en ocasiones habitamos y en otras circulamos: umbral que refugia y acoge permitiendo estar y andar, ha visto el paso de nuestras historias siendo siempre una suerte de mirador que ve plazas, parques, patios, calles, aceras. Es aquel espacio donde nos sentamos, observamos o transitamos, esperamos o simplemente reposamos; eximen silencios y sonidos, aromas y colores, personajes e incluso mascotas. El pasaje crea el estar, permite disfrutar de nuestros barrios, logra guiar el flujo peatonal de nuestros mercados y muchas veces es transitorio del interior al exterior. Es parte de la ciudad tanto como de sus arquitecturas permitiendo todo tipo de convivencias.

Es un elemento articulador que conecta, sin embargo, también aparece de forma espontánea e informal reclamando territorios, las plazas se cubren, las banquetas se transforman y las calles se invaden a veces de forma efímera, en otras para siempre creando mundos que recuerdan al tianguis que no es otra cosa que un sistema de pasajes.

El pasaje espacio que conecta otros espacios. En Ciudad de México, fragmentada por ejes viales, muros y rejas, los pasajes son excepciones a la regla. Al vincular distintos usos, clases sociales y épocas, son los goznes que, a contracorriente, integran sitios disímbolos en un sistema urbano.

El Pasaje Bellavista transcurre del Pueblo de Santa Fe —fundado en 1532 por Vasco de Quiroga— a Lomas de Santa Fe, colonia residencial que conecta a las Lomas de Chapultepec con Santa Fe. El pasaje colinda con el antiguo Campo militar número 1 y futura cuarta sección de Chapultepec, y con los manantiales que abastecen a la ciudad desde 1571. Circulan por él marigüanos, paseantes perdidos y personas que cruzan Lomas de Santa Fe desde el kilómetro 14 para llegar a sus casas en las barrancas.

Otro ejemplo es el Pasaje América, arcada comercial que imita las de París y desafía la regularidad de la traza novohispana al insertar una calle más. Al concluirse, este temprano ejemplo de arquitectura moderna, vinculaba a la ciudad con la burguesía internacional. Hoy es un punto de partida para imaginar cómo imaginaban el futuro cien años atrás. Estos pasajes son quiebres en el espacio continuo para acceder a otros tiempos.

Al pasaje le llamamos de muchas formas y lo encontramos en muchos sitios. Sin embargo, no es solamente un espacio sino una dimensión que en ocasiones habitamos y en otras circulamos: umbral que refugia y acoge permitiendo estar y andar, ha visto el paso de nuestras historias siendo siempre una suerte de mirador que ve plazas, parques, patios, calles, aceras. Es aquel espacio donde nos sentamos, observamos o transitamos, esperamos o simplemente reposamos; eximen silencios y sonidos, aromas y colores, personajes e incluso mascotas. El pasaje crea el estar, permite disfrutar de nuestros barrios, logra guiar el flujo peatonal de nuestros mercados y muchas veces es transitorio del interior al exterior. Es parte de la ciudad tanto como de sus arquitecturas permitiendo todo tipo de convivencias.

Es un elemento articulador que conecta, sin embargo, también aparece de forma espontánea e informal reclamando territorios, las plazas se cubren, las banquetas se transforman y las calles se invaden a veces de forma efímera, en otras para siempre creando mundos que recuerdan al tianguis que no es otra cosa que un sistema de pasajes.