¿La complejidad y el asumir que la ciudad es un modelos complejo significa revisar la manera obsoleta en la que fragmentamos el estudio y ámbito de actuación en ella, o que empecemos a desarrollar nuevas materias de estudio que se dedican a entender los puntos de contacto, de integración?
Desde la arquitectura, el modelo de profesional liberal, "todólogo" y ensimismado, con un arsenal de respuestas para tipologías y necesidades predefinidas, dejó de tener sentido. La interdisciplinariedad forma parte de una profesión cada vez más interrelacionada y necesitada de otras disciplinas. La escala, la complejidad y la novedad de muchas tipologías, requiere de la intervención coral de urbanistas, ingenieros, economistas, biólogos, abogados, lighting designers, analistas de mercado, arquitectos y otras tantas profesiones que ayudan a definir el programa, las tecnologías, los costos y finalmente la forma.
Del proceso interdisciplinario emerge un conocimiento y una experiencia compartida, un lenguaje común. Implica la búsqueda por superar lo conocido, un querer entender desde otro lugar, a partir de lo cual se aborda el fenómeno de estudio desde lo más acorde de cada área de conocimiento, desarrollando una respuesta que integre diferentes perspectivas. Así, la interdisciplina es la colaboración e integración de saberes provenientes de diversas disciplinas. La complejidad de Ciudad de México requiere un abordaje interdisciplinario para atender las múltiples dimensiones que la caracterizan. Muchas de sus problemáticas se relacionan con una manera sectorizada de verlas, atendiendo a unos aspectos y descuidando otros, sin pensar en el contexto. Un ejemplo de ello, es el manejo hídrico en una ciudad asentada en una cuenca lacustre que padece inundaciones, falta de agua en algunos sectores y desaprovechamiento en otros, lo que exige estrategias que aborden aspectos ambientales, urbanos, sociales, económicos, culturales e históricos de una forma integrada.
Desde la arquitectura, el modelo de profesional liberal, "todólogo" y ensimismado, con un arsenal de respuestas para tipologías y necesidades predefinidas, dejó de tener sentido. La interdisciplinariedad forma parte de una profesión cada vez más interrelacionada y necesitada de otras disciplinas. La escala, la complejidad y la novedad de muchas tipologías, requiere de la intervención coral de urbanistas, ingenieros, economistas, biólogos, abogados, lighting designers, analistas de mercado, arquitectos y otras tantas profesiones que ayudan a definir el programa, las tecnologías, los costos y finalmente la forma.
Del proceso interdisciplinario emerge un conocimiento y una experiencia compartida, un lenguaje común. Implica la búsqueda por superar lo conocido, un querer entender desde otro lugar, a partir de lo cual se aborda el fenómeno de estudio desde lo más acorde de cada área de conocimiento, desarrollando una respuesta que integre diferentes perspectivas. Así, la interdisciplina es la colaboración e integración de saberes provenientes de diversas disciplinas. La complejidad de Ciudad de México requiere un abordaje interdisciplinario para atender las múltiples dimensiones que la caracterizan. Muchas de sus problemáticas se relacionan con una manera sectorizada de verlas, atendiendo a unos aspectos y descuidando otros, sin pensar en el contexto. Un ejemplo de ello, es el manejo hídrico en una ciudad asentada en una cuenca lacustre que padece inundaciones, falta de agua en algunos sectores y desaprovechamiento en otros, lo que exige estrategias que aborden aspectos ambientales, urbanos, sociales, económicos, culturales e históricos de una forma integrada.