Lugar “equipado” para las experimentaciones, para la creación de ciencia, de conocimiento. ¿Es esto la ciudad? ¿Qué tipo de concepción de la ciudad y del urbanismo se aliena a esta idea?
El laboratorio es un espacio de investigación con personal y equipamiento especializado para la experimentación, asociada por lo general al ámbito científico. Para el estudio de las ciudades, la aproximación como laboratorio de ciudad abre un foro de investigación multidisciplinario in situ, donde conviven las ciencias sociales, ambientales y las artes, como parte de un todo. La complejidad e interacción de las determinantes sociales, económicas, políticas, ambientales y culturales generan procesos dinámicos en constante cambio, en los cuales el ser humano y sus necesidades físicas, biológicas, psicológicas y espirituales, las comunidades y los grupos sociales, las formas de habitar, la arquitectura y la ciudad, el espacio privado y el público se vuelven materia de estudio para un laboratorio de ciudad, que dote de fundamentación las nuevas propuestas de políticas públicas, diseño y construcción del espacio público en sus diferentes escalas.
Estas condicionantes retroalimentan de manera continua los procesos y la toma de decisiones, con un enfoque sistémico que aporta a la planeación, el diseño, la construcción, el uso y la adaptación de la ciudad, donde los actores abren oportunidades de desarrollo de estrategias para dar respuestas en términos de igualdad de oportunidades, que atiendan a las carencias que caracterizan el desarrollo de nuestras ciudades.
El laboratorio es un espacio de investigación con personal y equipamiento especializado para la experimentación, asociada por lo general al ámbito científico. Para el estudio de las ciudades, la aproximación como laboratorio de ciudad abre un foro de investigación multidisciplinario in situ, donde conviven las ciencias sociales, ambientales y las artes, como parte de un todo. La complejidad e interacción de las determinantes sociales, económicas, políticas, ambientales y culturales generan procesos dinámicos en constante cambio, en los cuales el ser humano y sus necesidades físicas, biológicas, psicológicas y espirituales, las comunidades y los grupos sociales, las formas de habitar, la arquitectura y la ciudad, el espacio privado y el público se vuelven materia de estudio para un laboratorio de ciudad, que dote de fundamentación las nuevas propuestas de políticas públicas, diseño y construcción del espacio público en sus diferentes escalas.
Estas condicionantes retroalimentan de manera continua los procesos y la toma de decisiones, con un enfoque sistémico que aporta a la planeación, el diseño, la construcción, el uso y la adaptación de la ciudad, donde los actores abren oportunidades de desarrollo de estrategias para dar respuestas en términos de igualdad de oportunidades, que atiendan a las carencias que caracterizan el desarrollo de nuestras ciudades.