Se habla del anonimato, del lugar de tránsito como un espacio que no es lugar. Una tendencia del siglo pasado que parece que aún no superamos. ¿Es así? ¿Dónde y cómo se ven estos no-lugares? ¿Por qué siguen creándose?
Espacios de circulación y consumo, los "no lugares" se reproducen y multiplican en la ciudad del siglo XXI. Los centros comerciales se empeñan en establecer dinámicas de paseo y entretenimiento urbano, mientras que el transporte público y las supervías encuadran el movimiento de la ciudad; lo importante no es la apropiación sino el uso prescriptivo. El lenguaje del "no lugar" establece las pautas: letreros, anuncios, prohibiciones los invaden, la finalidad es aquí lo importante. Son espacios de indeterminación en los que no es posible hacer una lectura de las relaciones sociales que allí se establecen: el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de Ciudad de México, los centros comerciales en Polanco, el segundo piso del Periférico, el metro, lugares de soledad y ausencia, pero también de libertad a pesar de las normas. La falta de identidad los determina; no obstante, los "no lugares" nunca son absolutos, siempre hay quien los convierte en algo más que zonas de tránsito, quien se apropia de ellos y los dota de sentido.
Espacios de circulación y consumo, los "no lugares" se reproducen y multiplican en la ciudad del siglo XXI. Los centros comerciales se empeñan en establecer dinámicas de paseo y entretenimiento urbano, mientras que el transporte público y las supervías encuadran el movimiento de la ciudad; lo importante no es la apropiación sino el uso prescriptivo. El lenguaje del "no lugar" establece las pautas: letreros, anuncios, prohibiciones los invaden, la finalidad es aquí lo importante. Son espacios de indeterminación en los que no es posible hacer una lectura de las relaciones sociales que allí se establecen: el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de Ciudad de México, los centros comerciales en Polanco, el segundo piso del Periférico, el metro, lugares de soledad y ausencia, pero también de libertad a pesar de las normas. La falta de identidad los determina; no obstante, los "no lugares" nunca son absolutos, siempre hay quien los convierte en algo más que zonas de tránsito, quien se apropia de ellos y los dota de sentido.