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Paisaje

Sabemos que no es sólo jardinería pero ¿cómo se ha ampliado y reconstituido el paisaje como una manera de leer y pensar la ciudad?

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El paisaje es de quien lo mira y lo describe; de quien lo estudia, lo clasifica, caracteriza, mide y evalúa. Pero también de quien lo pinta o lo narra; lo dibuja y lo construye. Y, entonces, el paisaje es simultáneamente uno y múltiple, pues es capaz de contener miradas y enfoques variados.

Aquí, en Ciudad de México, su paisaje es el palimpsesto de la sociedad rica y compleja. El de Humboldt y biólogos, ecólogos, que lo describen y estudian. El que pintan Velazco y Dr. Atl. El que narran en crónica y palabra indeleble, Bernal Díaz del Castillo, Novo, Paz, Yáñez, Monsiváis, Tovar y de Teresa; y aquí nos tocó vivir, de Cristina Pacheco. También el de la chilangabanda, de los charolastras, el de Cleo. También las ricas tortas calientes, los tamales oaxaqueños y se "compraaaaaan colchoooones". Y tristemente también el de la "SevenElevenización" y el Oxxo… los "oxxos".

El paisaje hoy, es producto de quien lo modela, pone en relieve, dibuja y proyecta, de quien lo catalogue, lo conserve o lo transforme; pero sobre todo será de quien lo tutele. Será la propia sociedad también, quien tenga la capacidad de conservarlo y desarrollarlo de manera armónica.

El paisaje es un sistema dinámico compuesto de dimensiones biológicas, geológicas y culturales, producto de la interacción de factores humanos y/o naturales, el cual es percibido de forma individual o colectiva; sin embargo, también es un campo de conocimiento, una disciplina y una profesión. El paisaje de Ciudad de México se ha modificado principalmente por la urbanización, alterando algunos elementos representativos o las formas en la que se apreciaba, como el lago, los ríos y cerros. A través de observar la evolución del paisaje se reconoce nuestra identidad cultural. El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) hoy reconoce al paisaje como patrimonio cultural, y Ciudad de México cuenta con una cantidad muy importante de sitios reconocidos como patrimonio arquitectónico, sin embargo, falta incorporar a los elementos del paisaje como tal. La visión que se tiene ahora del paisaje ha evolucionado de aspectos meramente estéticos, a la visión desde las ciencias naturales, y sociales, entendiendo que el paisaje en esta ciudad será siempre percibido, será dinámico, y será parte de nuestra identidad.

El paisaje es de quien lo mira y lo describe; de quien lo estudia, lo clasifica, caracteriza, mide y evalúa. Pero también de quien lo pinta o lo narra; lo dibuja y lo construye. Y, entonces, el paisaje es simultáneamente uno y múltiple, pues es capaz de contener miradas y enfoques variados.

Aquí, en Ciudad de México, su paisaje es el palimpsesto de la sociedad rica y compleja. El de Humboldt y biólogos, ecólogos, que lo describen y estudian. El que pintan Velazco y Dr. Atl. El que narran en crónica y palabra indeleble, Bernal Díaz del Castillo, Novo, Paz, Yáñez, Monsiváis, Tovar y de Teresa; y aquí nos tocó vivir, de Cristina Pacheco. También el de la chilangabanda, de los charolastras, el de Cleo. También las ricas tortas calientes, los tamales oaxaqueños y se "compraaaaaan colchoooones". Y tristemente también el de la "SevenElevenización" y el Oxxo… los "oxxos".

El paisaje hoy, es producto de quien lo modela, pone en relieve, dibuja y proyecta, de quien lo catalogue, lo conserve o lo transforme; pero sobre todo será de quien lo tutele. Será la propia sociedad también, quien tenga la capacidad de conservarlo y desarrollarlo de manera armónica.

El paisaje es un sistema dinámico compuesto de dimensiones biológicas, geológicas y culturales, producto de la interacción de factores humanos y/o naturales, el cual es percibido de forma individual o colectiva; sin embargo, también es un campo de conocimiento, una disciplina y una profesión. El paisaje de Ciudad de México se ha modificado principalmente por la urbanización, alterando algunos elementos representativos o las formas en la que se apreciaba, como el lago, los ríos y cerros. A través de observar la evolución del paisaje se reconoce nuestra identidad cultural. El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) hoy reconoce al paisaje como patrimonio cultural, y Ciudad de México cuenta con una cantidad muy importante de sitios reconocidos como patrimonio arquitectónico, sin embargo, falta incorporar a los elementos del paisaje como tal. La visión que se tiene ahora del paisaje ha evolucionado de aspectos meramente estéticos, a la visión desde las ciencias naturales, y sociales, entendiendo que el paisaje en esta ciudad será siempre percibido, será dinámico, y será parte de nuestra identidad.