Como respuesta a la “informalidad” al inminente proceso de autoconstrucción. ¿Qué hace de la autoproducción un modelo social y colectivo que vale la pena? ¿Por qué se ha mantenido tan invisible?
La autoproducción es el proceso de mejorar y producir nuevas viviendas y componentes del hábitat que se realiza sin fines de lucro, por iniciativa y bajo el control directo de sus propios usuarios, sea de manera individual, familiar, comunitaria o colectiva organizada. La autoproducción es la característica esencial de la Producción Social del Hábitat, ya que incide en todas las fases del proceso habitacional: promoción e integración del grupo participante, planeación, edificación, distribución, uso y convivencia, por lo que no debe confundirse con la autoconstrucción.
La autoproducción incluye, entre otras posibles, las siguientes variantes: Individual, hecha por iniciativa y bajo el control personal o familiar de los habitantes de la vivienda. Comunitaria tradicional, realizada mediante procesos solidarios propios de las comunidades indígenas y campesinas, incluye entre otras variantes: la mano vuelta; la ayuda mutua; la faena, tequio o ayno, trabajo comunitario empleado en la construcción y el mantenimiento de la infraestructura, los equipamientos y los espacios públicos. Colectiva organizada, promovida y realizada bajo el control de organizaciones sociales legalmente constituidas para generar o mejorar la vivienda de sus miembros y otros componentes del hábitat. Entre otras variantes comprende: cooperativas; mutuales; asociaciones civiles; sindicatos; empresas sociales (urbanas o rurales) de diversa naturaleza.
La autoproducción es el proceso de mejorar y producir nuevas viviendas y componentes del hábitat que se realiza sin fines de lucro, por iniciativa y bajo el control directo de sus propios usuarios, sea de manera individual, familiar, comunitaria o colectiva organizada. La autoproducción es la característica esencial de la Producción Social del Hábitat, ya que incide en todas las fases del proceso habitacional: promoción e integración del grupo participante, planeación, edificación, distribución, uso y convivencia, por lo que no debe confundirse con la autoconstrucción.
La autoproducción incluye, entre otras posibles, las siguientes variantes: Individual, hecha por iniciativa y bajo el control personal o familiar de los habitantes de la vivienda. Comunitaria tradicional, realizada mediante procesos solidarios propios de las comunidades indígenas y campesinas, incluye entre otras variantes: la mano vuelta; la ayuda mutua; la faena, tequio o ayno, trabajo comunitario empleado en la construcción y el mantenimiento de la infraestructura, los equipamientos y los espacios públicos. Colectiva organizada, promovida y realizada bajo el control de organizaciones sociales legalmente constituidas para generar o mejorar la vivienda de sus miembros y otros componentes del hábitat. Entre otras variantes comprende: cooperativas; mutuales; asociaciones civiles; sindicatos; empresas sociales (urbanas o rurales) de diversa naturaleza.