¿Qué se entiende por vivienda mixta? ¿Cómo podría funcionar en la Ciudad de México? y ¿A qué retos se enfrenta? ¿Qué es vivienda social? ¿Por qué no se ha entendido y por qué aún enfrenta tantos retos?
(VIVIENDA ADECUADA) La vivienda adecuada surge para cumplir el derecho pleno a un hábitat de calidad para quienes fueron afectados por los sismos y están padeciendo los efectos de la pandemia, así como de las tres décadas de políticas neoliberales que dejaron desastres económicos, ambientales, sociales y políticos en la Ciudad de México y en el país.
Para garantizar ese derecho es necesario impulsar la producción social de vivienda y hábitat; reestructurar el Instituto Nacional de Vivienda hacia la producción social de vivienda y eliminar la corrupción; reconocer el programa comunitario de la producción social del hábitat a través de las cooperativas de ayuda mutua y asociaciones civiles; aprobar recursos para la compra del suelo de los predios pendientes de liquidar; agilizar las expropiaciones, desincorporación y extinción de dominio; actualizar el presupuesto para las líneas de estudios y proyectos y edificación; y aprobar el certificado único que dé lugar a la agilización de los trámites para vida social, entre otros.
(VIVIENDA EN RENTA) Es una de las formas de tenencia de la vivienda, la cual implica que los habitantes no son propietarios de ese espacio, sino que pagan un monto de manera periódica al propietario por hacer uso de ésta para habitarla. Esto se lleva a cabo a través de contratos, acuerdos verbales, o formas de subarrendamiento en donde un inquilino renta habitaciones del espacio que arrienda (no necesariamente con permiso del propietario); esto último es común en las áreas centrales de la ciudad, lo que permite disminuir gastos de vivienda y servicios a un grupo de personas para habitar zonas mejor ubicadas de la ciudad. Las alcaldías que cuentan con el mayor porcentaje de vivienda en arrendamiento en la ciudad (y en el país) son Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
(VIVIENDA SOCIAL) Vivienda social: Lugar de morada y habitación dirigida a población de bajos ingresos promovida, facilitada, gestionada y/o producida con participación del Estado para incrementar su asequibilidad. En ella se representa la visión del interés público respecto a las condiciones de dignidad mínimas en las que los ciudadanos deben de habitar y relacionarse. La edificación y su ubicación hacen visible las cantidades y proporciones en la combinación de prioridades, valores, intereses y aspiraciones de una sociedad a la vez que muestra sus problemas y deficiencias. Manifiesto que relaciona lo que queremos y lo que podemos en un momento específico. Para que la vivienda social sea exitosa es necesario que sea vehículo de acceso a la ciudad e instrumento de construcción social. En las dos primeras décadas del siglo XXI, el modelo prevaleciente de producción de vivienda social distó mucho de estos objetivos al favorecerse los desarrollos mono-funcionales de vivienda unifamiliar en la periferia. En Ciudad de México la vivienda informal, es una versión indirecta de vivienda social.
Toda la vivienda es social. En Ciudad de México las vecindades históricas definieron la conformación de sociedades que interactuaron entre sí, y se relacionaron con la calle. Ser vecino definía en gran medida a las personas. La casa y su exterior eran una misma cosa, con la banqueta, la calle, y los de junto. Esa relación, caracterizada por transiciones armónicas, se perdió cuando en el diseño de conjuntos habitacionales se dejó a un lado el interés en lo que sucedía entre una casa y otra. Nadie volvió a diseñar lo que pasaba entre un vecino y otro, entre la cama y la ciudad. Las personas dejaron de ser dueñas de su banqueta, de su balcón o su terraza. Se dejó a los coches el espacio que antes correspondía a las personas. Obras como el conjunto Jardín (1931), de Francisco J. Serrano, en la calle Sindicalismo de la colonia Escandón, o la Unidad Independencia (1960), conjunto liderado por Alejandro Prieto, a un costado del Periférico, permiten imaginar relaciones variadas entre la casa, el jardín y la ciudad. Estas obras ejemplifican las posibilidades que existen para relacionar sin fricciones lo privado y lo público.
(VIVIENDA ADECUADA) La vivienda adecuada surge para cumplir el derecho pleno a un hábitat de calidad para quienes fueron afectados por los sismos y están padeciendo los efectos de la pandemia, así como de las tres décadas de políticas neoliberales que dejaron desastres económicos, ambientales, sociales y políticos en la Ciudad de México y en el país.
Para garantizar ese derecho es necesario impulsar la producción social de vivienda y hábitat; reestructurar el Instituto Nacional de Vivienda hacia la producción social de vivienda y eliminar la corrupción; reconocer el programa comunitario de la producción social del hábitat a través de las cooperativas de ayuda mutua y asociaciones civiles; aprobar recursos para la compra del suelo de los predios pendientes de liquidar; agilizar las expropiaciones, desincorporación y extinción de dominio; actualizar el presupuesto para las líneas de estudios y proyectos y edificación; y aprobar el certificado único que dé lugar a la agilización de los trámites para vida social, entre otros.
(VIVIENDA EN RENTA) Es una de las formas de tenencia de la vivienda, la cual implica que los habitantes no son propietarios de ese espacio, sino que pagan un monto de manera periódica al propietario por hacer uso de ésta para habitarla. Esto se lleva a cabo a través de contratos, acuerdos verbales, o formas de subarrendamiento en donde un inquilino renta habitaciones del espacio que arrienda (no necesariamente con permiso del propietario); esto último es común en las áreas centrales de la ciudad, lo que permite disminuir gastos de vivienda y servicios a un grupo de personas para habitar zonas mejor ubicadas de la ciudad. Las alcaldías que cuentan con el mayor porcentaje de vivienda en arrendamiento en la ciudad (y en el país) son Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
(VIVIENDA SOCIAL) Vivienda social: Lugar de morada y habitación dirigida a población de bajos ingresos promovida, facilitada, gestionada y/o producida con participación del Estado para incrementar su asequibilidad. En ella se representa la visión del interés público respecto a las condiciones de dignidad mínimas en las que los ciudadanos deben de habitar y relacionarse. La edificación y su ubicación hacen visible las cantidades y proporciones en la combinación de prioridades, valores, intereses y aspiraciones de una sociedad a la vez que muestra sus problemas y deficiencias. Manifiesto que relaciona lo que queremos y lo que podemos en un momento específico. Para que la vivienda social sea exitosa es necesario que sea vehículo de acceso a la ciudad e instrumento de construcción social. En las dos primeras décadas del siglo XXI, el modelo prevaleciente de producción de vivienda social distó mucho de estos objetivos al favorecerse los desarrollos mono-funcionales de vivienda unifamiliar en la periferia. En Ciudad de México la vivienda informal, es una versión indirecta de vivienda social.
Toda la vivienda es social. En Ciudad de México las vecindades históricas definieron la conformación de sociedades que interactuaron entre sí, y se relacionaron con la calle. Ser vecino definía en gran medida a las personas. La casa y su exterior eran una misma cosa, con la banqueta, la calle, y los de junto. Esa relación, caracterizada por transiciones armónicas, se perdió cuando en el diseño de conjuntos habitacionales se dejó a un lado el interés en lo que sucedía entre una casa y otra. Nadie volvió a diseñar lo que pasaba entre un vecino y otro, entre la cama y la ciudad. Las personas dejaron de ser dueñas de su banqueta, de su balcón o su terraza. Se dejó a los coches el espacio que antes correspondía a las personas. Obras como el conjunto Jardín (1931), de Francisco J. Serrano, en la calle Sindicalismo de la colonia Escandón, o la Unidad Independencia (1960), conjunto liderado por Alejandro Prieto, a un costado del Periférico, permiten imaginar relaciones variadas entre la casa, el jardín y la ciudad. Estas obras ejemplifican las posibilidades que existen para relacionar sin fricciones lo privado y lo público.