2,5 metros que según la Organización Mundial de la Salud ayudan a evitar contagios en medio de una pandemia pero que implican muchas cosas en la adecuación de las ciudades; en la vida pública, colectiva. Difícil y necesario.
Único método efectivo para evitar contagios provocados por la proximidad física entre personas. Requiere que cada una tenga 1.5 metros de espacio vital personal. Durante la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, se pide a la población capitalina practicar el "distanciamiento social" como medida preventiva. Sin embargo, esto no cumple para todos ni para todo.
Por un lado, la ciudad es desigual, y para muchas trabajadoras y trabajadores existe una dependencia de un trabajo (remunerado o no) que requiere de proximidad física como el cuidado de una persona, la venta de alimentos en la calle, la policía. Por otra parte, las personas somos —por naturaleza— seres sociales, y los meses de confinamiento parece que nos invitaron a acercarnos socialmente de otras maneras. Surgieron nuevos espacios, virtuales, sonoros y digitales en su mayoría, que nos aproximaron.
Estamos obligados a pensar bien estos 1.5 metros. Ciudad de México tiene hoy el reto de reinventarse para que, desde su especialidad física, y sus muchas realidades sociales, permita el distanciamiento físico y el acercamiento social, vitales ambos para los intercambios propios de una ciudad.
Único método efectivo para evitar contagios provocados por la proximidad física entre personas. Requiere que cada una tenga 1.5 metros de espacio vital personal. Durante la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, se pide a la población capitalina practicar el "distanciamiento social" como medida preventiva. Sin embargo, esto no cumple para todos ni para todo.
Por un lado, la ciudad es desigual, y para muchas trabajadoras y trabajadores existe una dependencia de un trabajo (remunerado o no) que requiere de proximidad física como el cuidado de una persona, la venta de alimentos en la calle, la policía. Por otra parte, las personas somos —por naturaleza— seres sociales, y los meses de confinamiento parece que nos invitaron a acercarnos socialmente de otras maneras. Surgieron nuevos espacios, virtuales, sonoros y digitales en su mayoría, que nos aproximaron.
Estamos obligados a pensar bien estos 1.5 metros. Ciudad de México tiene hoy el reto de reinventarse para que, desde su especialidad física, y sus muchas realidades sociales, permita el distanciamiento físico y el acercamiento social, vitales ambos para los intercambios propios de una ciudad.