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Plusvalía

El aumento del valor de la ciudad. ¿Cómo se da? ¿Con qué intervenciones? o ¿en qué momento? ¿Quién se beneficia y cómo hacer de la valoración un mecanismo que incluya a tod@s?

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Plusvalía es el incremento del valor de un bien inmueble atribuible a razones externas o independientes de su propietario y que se gravan a través de diversos mecanismos fiscales. La plusvalía puede derivar del cambio de valor de los inmuebles por la modificación de las normas urbanísticas aplicables a un terreno (el cambio de valor de un inmueble que de ser no urbanizable pasa a urbanizable es muy relevante), los cambios normativos que tienen por efecto aumentar los parámetros de intensidad de construcción o que permiten mayores o mejores mezclas de usos del suelo.

A pesar de algunos tímidos ejemplos donde se han planteado instrumentos que se traducen efectivamente en compensar los beneficios que imponen los usos del suelo a favor de la ciudad. Tal es el caso de los sistemas de actuación por cooperación de Granadas y de Tacubaya, donde la tendencia ha sido que mediante los planes urbanos se regalen las plusvalías a los propietarios de los inmuebles asignando mayores y mejores usos del suelo e intensidades de construcción, sin que ello implique una contraprestación a favor de la ciudad.

En el medio urbano y, sobre todo, en el inmobiliario, plusvalía es sinónimo de renta de suelo, que describe la valorización de una parcela de suelo derivada del esfuerzo de terceros, como la inversión en materia de accesibilidad, típicamente las facilidades de transporte y mejora vial, inversión en los espacios públicos; e introducción o modernización de infraestructura y equipamientos entre otros aspectos. La plusvalía también puede ser producto de la mayor apreciación social de un espacio, como podría ser avenida Mazarik desde el punto de vista del consumo, el Paseo de la Reforma por la idea de estatus, o la colonia Condesa por el tema de la identidad y pertenencia.

Cuando un espacio es más atractivo para una sociedad, hay disposición de pagar un excedente o sobreprecio. Dicho excedente es capturado por el propietario de ese espacio, sin que éste hubiera asumido un esfuerzo o tomado un riesgo para producir esa valorización.

La normatividad urbana que regula la forma e intensidad de aprovechamiento del espacio en la ciudad tiene un papel muy importante en la posibilidad de apropiación privada de la plusvalía: un cambio de uso o un aumento en los derechos de desarrollo o edificabilidad pueden significar una valorización de la propiedad inmobiliaria.

Incremento en el valor en mercancías, activos y bienes debido a causas externas a su naturaleza. El concepto de plusvalía en las ciudades adquirió una importancia preponderante con la irrupción del capitalismo industrial en las ciudades a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La competencia por la mejor localización de suelo urbano para destinarlo a usos preferentes más rentables, disparó al alza la plusvalía del suelo urbanizado. Pocos índices permiten medir con mayor precisión la disponibilidad de la oferta y la intensidad de la demanda, la interacción entre éstas produce mayor o menor densidad.

La plusvalía urbana al estar condicionada por externalidades, no sólo la oferta y la demanda afectan su incremento o decrecimiento, sino igualmente las leyes y normatividad sobre el suelo y constructibilidad, usos de suelo, disponibilidad de servicios metropolitanos, o factores geográficos.

Algunas ciudades han establecido legislaciones de control y gestión para la captura de plusvalías que son producto de mejoras urbanas realizadas con fondos públicos, o por la construcción de equipamientos que impactan la zona. La gestión y administración pública de las plusvalías generadas por el desarrollo urbano es actualmente en el mundo uno de los mejores instrumentos para generar buenas prácticas urbanísticas.

Plusvalía es el incremento del valor de un bien inmueble atribuible a razones externas o independientes de su propietario y que se gravan a través de diversos mecanismos fiscales. La plusvalía puede derivar del cambio de valor de los inmuebles por la modificación de las normas urbanísticas aplicables a un terreno (el cambio de valor de un inmueble que de ser no urbanizable pasa a urbanizable es muy relevante), los cambios normativos que tienen por efecto aumentar los parámetros de intensidad de construcción o que permiten mayores o mejores mezclas de usos del suelo.

A pesar de algunos tímidos ejemplos donde se han planteado instrumentos que se traducen efectivamente en compensar los beneficios que imponen los usos del suelo a favor de la ciudad. Tal es el caso de los sistemas de actuación por cooperación de Granadas y de Tacubaya, donde la tendencia ha sido que mediante los planes urbanos se regalen las plusvalías a los propietarios de los inmuebles asignando mayores y mejores usos del suelo e intensidades de construcción, sin que ello implique una contraprestación a favor de la ciudad.

En el medio urbano y, sobre todo, en el inmobiliario, plusvalía es sinónimo de renta de suelo, que describe la valorización de una parcela de suelo derivada del esfuerzo de terceros, como la inversión en materia de accesibilidad, típicamente las facilidades de transporte y mejora vial, inversión en los espacios públicos; e introducción o modernización de infraestructura y equipamientos entre otros aspectos. La plusvalía también puede ser producto de la mayor apreciación social de un espacio, como podría ser avenida Mazarik desde el punto de vista del consumo, el Paseo de la Reforma por la idea de estatus, o la colonia Condesa por el tema de la identidad y pertenencia.

Cuando un espacio es más atractivo para una sociedad, hay disposición de pagar un excedente o sobreprecio. Dicho excedente es capturado por el propietario de ese espacio, sin que éste hubiera asumido un esfuerzo o tomado un riesgo para producir esa valorización.

La normatividad urbana que regula la forma e intensidad de aprovechamiento del espacio en la ciudad tiene un papel muy importante en la posibilidad de apropiación privada de la plusvalía: un cambio de uso o un aumento en los derechos de desarrollo o edificabilidad pueden significar una valorización de la propiedad inmobiliaria.

Incremento en el valor en mercancías, activos y bienes debido a causas externas a su naturaleza. El concepto de plusvalía en las ciudades adquirió una importancia preponderante con la irrupción del capitalismo industrial en las ciudades a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La competencia por la mejor localización de suelo urbano para destinarlo a usos preferentes más rentables, disparó al alza la plusvalía del suelo urbanizado. Pocos índices permiten medir con mayor precisión la disponibilidad de la oferta y la intensidad de la demanda, la interacción entre éstas produce mayor o menor densidad.

La plusvalía urbana al estar condicionada por externalidades, no sólo la oferta y la demanda afectan su incremento o decrecimiento, sino igualmente las leyes y normatividad sobre el suelo y constructibilidad, usos de suelo, disponibilidad de servicios metropolitanos, o factores geográficos.

Algunas ciudades han establecido legislaciones de control y gestión para la captura de plusvalías que son producto de mejoras urbanas realizadas con fondos públicos, o por la construcción de equipamientos que impactan la zona. La gestión y administración pública de las plusvalías generadas por el desarrollo urbano es actualmente en el mundo uno de los mejores instrumentos para generar buenas prácticas urbanísticas.