¿Cómo se constituye el monumento? ¿Donde se coloca, como se ve? ¿Qué recuerda? ¿Y cuál es su función cotidiana?
Marcas territoriales inscritas en el espacio público edificadas por diversos actores —organizaciones de derechos humanos, instituciones educativas, instancias gubernamentales— con el objetivo de construir la memoria sobre graves violaciones a los derechos humanos —torturas, asesinatos, encarcelamientos ilegales y desapariciones forzadas— cometidas por regímenes dictatoriales o autoritarios. Suelen ser edificados en procesos de transición política, por ende, están condicionados a las necesidades y expectativas políticas y sociales del presente. Son espacios de memoria que cuentan con una intencionalidad social, política, estética y simbólica, y tienen un carácter polisémico.
Como toda expresión memorística están sellados por la controversia y el conflicto: ¿cuáles son los recursos estéticos y narrativos para plasmar el horror de memorias traumáticas; a quiénes va dirigido? En Ciudad de México existen tres memoriales que retratan la violencia estatal en contra de movimientos sociales: el Memorial del 68 —dedicado al movimiento estudiantil de 1968—, el Museo Casa de la Memoria Indómita —enfocado a las desapariciones forzadas en contra de los miembros de la guerrilla, así como a la historia del Comité Eureka, gestor de este recinto— y el Sitio Circular de Morelia —otrora sótano de la Dirección Federal de Seguridad y cárcel ilegal durante la guerra sucia—.
Marcas territoriales inscritas en el espacio público edificadas por diversos actores —organizaciones de derechos humanos, instituciones educativas, instancias gubernamentales— con el objetivo de construir la memoria sobre graves violaciones a los derechos humanos —torturas, asesinatos, encarcelamientos ilegales y desapariciones forzadas— cometidas por regímenes dictatoriales o autoritarios. Suelen ser edificados en procesos de transición política, por ende, están condicionados a las necesidades y expectativas políticas y sociales del presente. Son espacios de memoria que cuentan con una intencionalidad social, política, estética y simbólica, y tienen un carácter polisémico.
Como toda expresión memorística están sellados por la controversia y el conflicto: ¿cuáles son los recursos estéticos y narrativos para plasmar el horror de memorias traumáticas; a quiénes va dirigido? En Ciudad de México existen tres memoriales que retratan la violencia estatal en contra de movimientos sociales: el Memorial del 68 —dedicado al movimiento estudiantil de 1968—, el Museo Casa de la Memoria Indómita —enfocado a las desapariciones forzadas en contra de los miembros de la guerrilla, así como a la historia del Comité Eureka, gestor de este recinto— y el Sitio Circular de Morelia —otrora sótano de la Dirección Federal de Seguridad y cárcel ilegal durante la guerra sucia—.